lunes, 31 de enero de 2011

D.



He said that I’m just a girl who wants to play with sex, I tell him: YOU PLAY WITH ME and I do sex with you.

De ahora en adelante tendré una relación enfermiza con mi mano. FIN.

jueves, 27 de enero de 2011

Cocker sincronizando a la muerte




Parecería un problema serio el poder que tienen los anteojos de un músico maduro como Jarvis Cocker y las jeringas en las venas podridas de una mujer recién duchada, pero ese delirio es todo un antojo culpable al que nadie podría resistirse.

Y es que el dúo francés, Discodeine hizo junto a Cocker una canción que se acurruca
en ojos que tiemblan en los rincones y posiblemente en mucha gente llena de heroína.

“Synchronize”, es el título de la canción, que como tal lo menciona, es toda una sincronización de letras, ritmos, consolas y una pequeña orquesta, que llega en el momento preciso de la desesperación ante las drogas.

Esta pieza es una pesadilla deliciosa; nadie quisiera estar en ese cuarto, pero seguramente, todos ansían saborear el cigarro que el vocalista sostiene mientras baila arrítmico a lado de una ventana verde.

El video clip, es una perla perfecta que embonó muy bien en el anillo de Discodeine: todo se desarrolla en los cuartos 506, 507 y 508; en el primero una mujer con ojeras huele su ducha, en la siguiente una pareja delgada tiene una cita con todas las drogas existentes y por último, un Jarvis viejo, tuerce su espalda alrededor de la habitación, dejando que su sangre empate con la de una mujer de medias negras, quien está lista para tener sexo.

Justo en el momento en que los parpados son más delgados y los labios están a punto de caerse en esas habitaciones, una orquesta les grita que todo debe seguir y que la autodestrucción no termina hasta morir lentamente.

Mucho se ha argumentado y escrito con respecto a la maravillosa salida de la vida, pero pocos la han puesto como una tendencia, y eso se vuelve claro cuando la letra argumenta que sincronizar, “es curar el tiempo y destruirlo”.

“Synchronize” es una invitación a tomarse el tiempo necesario para llegar a la muerte, pues al final “todos estábamos destinados a satisfacernos y a movernos en el tiempo”.

El climax de esta canción llega en el coro, el cual es cantado con las barbas de Coocker, y es que “las luces en el tiempo se mueven con el ritmo y su corazón late al compás de los tambores”.

Los últimos segundos son claves, no se necesitan muchas letras para explicarlo pero sí muchos beats mortales, que hacen que los sonidos se escuchen deliciosos y los orgasmos se vuelvan infinitos.

jueves, 13 de enero de 2011

¿Contarnos una historia?

Te la escribiría en tus piernas por veinte años más, aunque sólo hayamos bailado una noche en tu auto.

Quédate muy lejos de estas medias; podría acariciarte sin tocarte pero nunca tenerte, eso rompería con las ganas de observarte.

Pero hoy sólo hazme una pasta de besos, por favor.