miércoles, 29 de mayo de 2013

Mayo.

1.- Compré 8 1/2 el día de mi cumpleaños (12 de mayo), pero una mala noticia me hizo correr hacia la calle, y me quedé en la escena en la que Guido va por un vaso de agua a ritmo de la mujer de vive en su inconsciente.

2.- Así como así ...Like Clockwork, se convirtió en mi soundtrack de estos últimos días llenos de cambios, en los que de repente todo se detuvo.

3.- Me he preguntado frecuentemente si las relaciones personales culminan en algún momento, y no hablo precisamente de olvidar.

En estos momentos en los que tú te has ido, sé que efectivamente todo termina, sólo recuerdo tus cuidados, tus abrazos, tus llamadas y tus sonrisas. Sé que nunca vas a leer este blog, pero me quedo con tu triangulo fuerte de mujeres. Ojalá estuvieras más cumpleaños a mi lado. Sólo puedo escribir que lo siento mucho, que quisiera estar acostada en tu cama y que me hubiera gustado despedirme de ti. Yo te quiero.

QOTA - "Like Clockwork"

...Like Clockwork by Queens of the Stone Age on Grooveshark


martes, 12 de febrero de 2013

Rosa Borrás


Fructíferas y húmedas son las líneas que  ha embalsado Rosa Borrás en uno de sus álbumes artísticos.

Todavía no he visto ninguna boca en su obra pero la mía se hace agua cada vez que noto la presencia de su arte.


Son huecos de saliva y burbujas, también  hay orificios secos, labios y unos cuantos ensangrentados en mujeres.

http://www.averotico.com/profile/rosaborras









miércoles, 6 de febrero de 2013

Forever Still


Forever Still, lejos de inspirarse en Pink Floyd, son trazos del rostro mediano de Victoria Legrand, en una noche completa.

Un amanecer es la premisa y la aclaración de tonos musicales que se acoplan con nubes naranjas y oscuridades texanas.

¿Cuántas veces se siente una canción como un ocaso o viceversa?

Forever Still salió  desde el esqueleto de Beach House y se convirtió en una intimidación visual desierta y al mismo tiempo estridente.

Son cuadros de un pedazo de mundo, y la música  es un emocionante amante. 

viernes, 1 de febrero de 2013

Ready, Able

Este jueves decidí de última hora ir al concierto de Grizzly Bear en el DF; fue una de esas pequeñas y tal vez insignificantes aventuras que he tenido,  porque desde hace casi un año no voy a ver a una banda "grande", por mi trabajo, el cual se ha convertido en el bastón de mi diminuta vida y eso en ocasiones es bastante deprimente.

Así que sin pensarlo decidí viajar para ver a una banda que me traía recuerdos de cuando iniciaba a trabajar en radio y que además ha dado pasos increíbles en su más reciente material, Shields, del cual sin titubear podría decir que es una muestra fina de los potentes músicos que son en este estruendoso siglo. 

Sin pensarlo mucho, tomé el autobus y pensé en comprar el boleto más barato del concierto; la odisea partió desde que llegué al D.F., donde ya había iniciado el concierto y mi amigo con quién iba estaba un poco desesperado, así que tomamos el Metro y nos perdimos. Las cosas se pusieron tensas pero tomamos un taxi que fue "secuestrado" por un transito y finalmente cruzamos calles corriendo y riendo.

Cuando llegamos al lugar estaba totalmente muerto por afuera y nos dirigimos a comprar los boletos, los cuales estaban agotados. Era obvio, el concierto tenía 40 minutos de haber iniciado, sin embargo al contarle mi trayecto al señor de la puerta puso una mueca y nos dio dos boletos para ver a Grizzly Bear hasta adelante. 

Lo demás fue grandioso, esos musicos no tocaron instrumentos, tocaron las entrañas con música totalmente nueva, de la cual no estaba  familiarizada. Teminé escuchando cada acorde, cada voz, un clarinete, pianos, un bajo fabuloso y un sax, ante decenas de personas desinteresadas. Después fueron platicas con mi tío y mi amigo acompañadas de cervezas extrajeras deliciosas. 

Para mí ese concierto fue como este texto, sin tanta redundancia y sin adornos, más bien algo interno, solitario, del cual no tengo la intención de convencer, sólo la clave de un jueves de pequeñas aventuras, esas  insignificantes y sencillas que se recuerdan siempre.



miércoles, 9 de enero de 2013

Where are we now?

Tiene más de un año que no actualizo este blog, en realidad no sé si alguien lo lea o le interese (quiero creer que las notas de música que he posteado sí han sido parte de una retroalimentación o algo).

El punto es que tiene mucho tiempo que no escribo y es molesto porque ya ni siquiera me preocupa, además considero que para mi salud mental y laboral eso está bastante mal.

Pero hoy "godineando" decidí crear un blog: Traslucido, uno de mis tantos proyectos fallidos que sólo me han generado deudas durante estos últimos tres años, sin embargo recordé este espacio abandonado, el cual procuraré alimentar constantemente.

Como muchos, hoy estoy escuchando David Bowie con su tan grande nostalgia, y sigo creyendo que cuando renacen este tipo de acontecimientos musicales no hay necesidad de acuñarle letras, revisiones, calificaciones, artículos y mil estupideces que los periodistas inventan.

He procurado no leer nada de esta canción y calmar mis ansias de buscar miles de notas sobre esta pieza.
Por ahora la he separado en distintos lugares, incluso en los más difíciles y en todos ellos me guardo la misma tristeza, pues no es fácil hacerse la pregunta del Duque Blanco.

El tiempo ha sido un constante error y creador de monotonias, y esta obra es simplemente ENORME, ENORME, ENORME CANCIÓN.

jueves, 8 de diciembre de 2011

John Lennon, Edición 2012

Me desperté tarde como la mayoría de las veces en mi diminuto cuartito; así que me dediqué a calentar el desayuno como loca, prendí la computadora y me senté a checar el correo; la bandeja de entrada estaba llena de notificaciones de los culeros de Ticket Master, quienes afirmaban que vendría a un Foro Sol por tres fechas; emocionada decidí vender mi sala que acaba de ganarme en un concurso para estar hasta adelante con él, porque el boleto estaba en 7 mil pesos.

Obviamente él ya sabía del concierto, así que nos marcamos emocionados para planearlo todo: JOHN LENNON, Edición 2012.

Me fui al trabajo, hice notas de mi odisea chafa mañanera y mis emociones constantes, mientras tomaba café y comía más pastelitos de los jefes.

No pasaron ni 5 minutos para que se convirtiera en TT y para que las televisoras, portales, periodicos y demás se llenaran de notas sobre su próxima presentación.

Tampoco faltaron los incrédulos que hablaban de una reconciliación número 45 de Paul
y John; y claro sobre su hipocresía, pero también nos daba igual, ¡LO VERÍAMOS! y tal vez escucharía muchas canciones que me había dedicado y seguramente lloraríamos por… ring, ring, ring ya son las 9:00 am.

DE VERDAD QUISIERA QUE ESTE DÍA PASARA DESAPERCIBIDO. JOHN LENNON D.E.P.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La primera vez que escuché Bad As Me



No mentiré, cuando vi el promocional de “Chicago”, me imaginé a lado de Tom Waits, dejándome devorar por el festín de piezas que desataría su más reciente material Bad As Me; era emocionante verlo en un escritorio llamando a las personas más deformes para acompañarlo en su terremoto.

Obviamente la fiesta de Bad As Me, la probé de otra manera; en muchas mañanas apresuradas e infinidad de noches de insomnio, pero pude calcar sus sonidos hasta el invierno, llegando a la frustrada navidad y con tartas de manzana.

No hay nada que comprobar con más de 20 discos desatados de la época “Beat”, pero es delirante esperar un álbum al final del año, después de haber escuchado tropiezos y decepciones, y cuando la mayoría de las revistas se han echado un clavado para enumerar los “mejores” discos del año.

Para mí no hay más, es muy gratificante tener a Waits en uno de los tantos fallidos finales de nuestra existencia; lo es porque este disco es un resumen sabrosísimo, comenzando por ese monstruo que tiene en la garganta, el cual puede darte las tonadas más acertadas para besar y abrazar, así como para matar con arañazos a tu sueño sexual.

“Chicago” “Bad as Me” y “Satisfied” se toman de los dedos con una demencia epiléptica, todo un flirteo espeluznante; es imposible no pensar en un temblor que acabaría en un éxtasis constante.

“Raised Right Men” contiene la misma sensualidad, aunque con más suavidad, sobre todo cuando Don Tom decide titubear cada una de las palabras de un hombre descerebrado, ni hablar de las cuerdas y de lo que guarda esta canción dentro de su sombrero con sonidos pintorescos.

El otro lado del disco, guarda una de esas crueldades parisinas: “Talking At The Same Time”, comencemos, no hay nada nuevo en esta pieza, suena una hipotermia con esas trompetas y un piano que según Waits, salió de su cocina. La tonada cambia porque este es el único extracto en el que la rasposa voz se esfuma por cigarrillos y guitarrazos sutiles, como si “todos hablarán al mismo tiempo”.

Si el tiempo se acaba para el 2011, pues entonces repita en su reproductor “Kiss Me”; una serie de tonadas para los amores destrozados, las inundaciones de lágrimas y los vinos. La monotonía juega un papel importante en esta parte del disco, así como los perfumes que puede derrochar la voz de Waits; jazz y hasta un pedacito de Bossa se dan cita en este minuto.

La cosa se va con “New Year´s Eve”, sería pleno acabar con el mundo y el año con esta pieza, aunque sigo esperando a que Waits me marque y me invite a su fiesta privada para escuchar nuevamente el Bad As Me.